Muy de moda entre los famosos, aseguran que esta dieta es fuente de salud y de bienestar. ¿Sabes en qué consiste? Te contamos todo acerca de la Dieta Macrobiótica: qué es, fases y menú semanal.
Los países orientales son la gran fuente de doctrinas y corrientes que mezclan la filosofía con diferentes aspectos de la vida cotidiana, desde la moda hasta la arquitectura, pasando por la decoración, la medicina y la alimentación.
En Occidente son cada vez más las personas que buscan el camino que los conduzca hacia el equilibrio, y por dicho motivo recurren a alguna actividad relacionada con los tópicos mencionados anteriormente.
Si hablamos de alimentación, no quedan dudas de que la dieta macrobiótica es la práctica que mayor desarrollo ha mostrado fuera de Asia en la última década. Lo que busca este régimen es equilibrar el estilo de vida de los practicantes a través de la ingesta de alimentos que no forman parte de los círculos viciosos de la sociedad consumista occidental. A continuación les contaremos un poco más al respecto.
¿Qué es la dieta macrobiótica?
Si buscamos en la web una definición sencilla y comprensible sobre esta práctica alimenticia, podemos definir qué: “La alimentación macrobiótica define una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang, y consiste en una adaptación de las tradiciones culinarias de Extremo Oriente, donde alimentación, medicina e incluso espiritualidad a menudo se presentan imbricadas”.
Para ahondar un poco más en esta definición podemos agregar que se trata de una dieta vegetariana que se desarrolla de un modo gradual. Los practicantes comienzan con una serie de regímenes que los van llevando por diferentes grados de alimentación, hasta llegar al consumo único de verduras, legumbres y cereales.
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Si bien esta manera de comer ha sumado muchos adeptos en Occidente, ha sido muy criticada debido a que se han encontrado muchísimos casos de personas con graves casos de anemia, desnutrición y deshidratación debido a su práctica. Filosóficamente, la dieta macrobiótica busca la limpieza del cuerpo y el espíritu, pero no es recomendable realizarla sin el control asiduo de un médico.
Fases de la dieta macrobiótica
Este tipo de alimentación se caracteriza por estar formado por 10 fases o niveles. Cada uno de ellos es reconocido por la aplicación de un número que va del -3 al +7. En las primeras cinco etapas se da el cambio más brusco, ya que los practicantes tienen que cambiar radicalmente su modo de comer.
Paulatinamente se van dejando los alimentos “carnívoros” y se va cruzando la barrera hacia el vegetarianismo. La dieta macrobiótica indica que en los primeros niveles del sistema se va eliminando el consumo de cualquier producto alimenticio que derive de un animal, ya sea carne, leche, queso, etc.
A partir del nivel +3 se corta definitivamente el vínculo alimenticio con los alimentos de origen animal, y se consumen solamente vegetales, legumbres y cereales. En el nivel máximo la ingesta consiste solamente en granos de cereales, aunque no muchos llegan hasta dicha etapa ya que requiere de un nivel de compromiso (físico, ideológico y espiritual) con la filosofía que envuelve a la dieta macrobiótica.
Peligros de la dieta macrobiótica
Como mencionamos anteriormente, la dieta macrobiótica se ha ganado muchas críticas y la gran mayoría proviene del sector médico. Las personas que practican este tipo de alimentación suelen presentar problemas muy graves. Antes hablamos de anemia, desnutrición y deshidratación.
Los dos primeros puntos, como se imaginarán, se dan por el corte abrupto de muchos alimentos que son fuente de proteínas y nutrientes indispensables para el correcto funcionamiento del cuerpo. Por su parte, la deshidratación se presenta por el recorte en el consumo del agua, ya que el líquido se raciona durante la ingesta alimenticia diaria.
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Así que ya lo saben. Si quieren dar un salto espiritual, físico o ideológico, les conviene consultar con su médico antes de comenzar con la dieta macrobiótica. Los profesionales no les privarán la oportunidad de probar este tipo de alimentación, pero sean conscientes de los riesgos a los que se exponen.
Ejemplo de menú semanal de la dieta macrobiótica
Si te ha gustado lo que has leído hasta ahora y quieres iniciar tu semana de dieta macrobiótica, aquí te hacemos algunas propuestas para que pruebes por ti misma.
Menú para el lunes
Las sopas y cremas son la estrella de la dieta macrobiótica. Por eso, comenzamos el día con un desayuno a base de sopa. Te proponemos tomar de buena mañana una sopa de miso elaborada con cebolla, wakame y tofu. También puedes tomar un poco de crema de arroz con gomashio y un té bancha como bebida acompañante.
Para el almuerzo, siguen las cremas, en este caso, tenemos como entrante una crema de calabacín y guisantes aromatizada con menta. Luego de abrir boca con esta deliciosa crema, continuamos con una cazuela de trigo sarraceno, puerro y shitake. Y completamos el almuerzo con seitán a la plancha acompañado de una ensalada de hojas verdes que aderezaremos con vinagre de mostaza.
En la cena, algo ligerito: verduras de mar y tofu al vapor.
Menú para el martes
El segundo día de la semana continuamos descubriendo nuevos sabores deliciosos y exóticos. En el desayuno, una crema de calabaza con canela. También podemos tomar unas galletas de arroz untadas con pasta de garbanzo y verduras verdes hechas al vapor. Para beber un té kukicha.
En el almuerzo empezamos con una sopa de miso y germinados. Después de este entrante, como primer plato tenemos estofado de adzukis hecho con calabaza y kombu. De segundo plato, arroz integral con gomasio junto con una ensalada de col aliñada con aceite de oliva y limón.
La cena aún más sabrosa, una ensalada de marisco y hojas de verdura verde.
Menú para el miércoles
Para el desayuno del miércoles también tenemos sopa. Una sopa de miso con wakame, en esta ocasión acompañada con setas shitake y nabo. También tomaremos crema de quinoa con orejones y nuevamente el té kukicha.
Almorzaremos una sopa kinpira con zanahorias, ceitán, jengibre y cebolla. Como plato principal tendremos bolitas fritas de arroz integral y guisantes, junto con ensalada de berros y canónigos. De segundo plato, zanahorias y brócolis hervidos aderezados con una salsa a base de naranja, tahimi y miso.
En la cena, unas saludables alcachofas con arroz integral cocinado al vapor.
Menú para el jueves
El jueves tenemos pastel para desayunar. Un original pastel de cus-cus con peras. También un crocante de semillas y, para beber, un cortado de malta de malta con leche de arroz.
Para almorzar, una crema de hinojo, seguida de una hamburguesa de mijo al horno y pescado blanco. Luego una ensalada de hojas verdes con aceite y limón. Y un escaldado de zanahoria, col y brócoli aliñadas con tofu.
Cenaremos lentejas cocinadas con vegetales de raíz.
Menú para el viernes
Empezamos el día con manzanas al horno, crema de mijo con umeboshi y un café de cereales.
Para almorzar, otra vez mijo, esta vez en sopa con taquitos de tofu. Como plato fuerte ceviche de soja negra con cebolla y cilantro. Y terminamos con quinoa con frutos secos y una ensalada de pepino, col, zanahoria y rábano.
La cena, será un poco más fuerte, con brócolis con arroz integral al vapor y también pescado blanco.
Menú para el sábado
Desayunamos tostadas con patés vegetales y mermeladas sin azúcar. Además, unos pickles o verduras fermentadas con agua y sal. Y café de cereales o, si lo prefieres, té bancha.
Para el mediodía, una paella con seitán y verduras. También ensalada de hojas verdes.
En la cena, una crema de zanahorias y una ensaladilla de maíz con verduras.
Menú para el domingo
Finalizamos la semana desayunando porridge de cereales con fruta seca y semillas tostadas.
El almuerzo, más copioso, con una sopa de miso como entrante, sushi de pescado y verduras como plato estrella y verduras en papillote de segundo plato.
En la cena, cebada cocinada a presión acompañada de salsa de mostaza. Podemos tomar también verduras escaldadas y patés de legumbres.
Estas son algunas ideas de menús para que alternes y combines junto con otras ideas de recetas en tu plan de dieta macrobiótica semanal.
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