Para muchas mujeres, dormir a pierna suelta durante el embarazo y sentir que han disfrutado de un descanso reparador no siempre es sencillo. Los síntomas y molestias típicos de cada mes, los cambios físicos, encontrar una nueva postura para estar más cómoda… Son aspectos que influyen. Te compartimos ideas prácticas de cómo mejorar el descanso durante el embarazo.
¿Sabías que durante los primeros meses del embarazo se produce un aumento de la progesterona que ejerce un efecto sedante sobre el cerebro? Ésta es una de las razones por las que aumenta la sensación de somnolencia durante el primer trimestre.
Pasado el primer trimestre, según va creciendo el vientre, suele empezar a ser más complicado descansar durante toda la noche. Para algunas solo se trata de los cambios físicos y poder encontrar la postura que permita descargar – descansar la espalda, para otras también se le suman los miedos que comienzan a tomar más cuerpo y afectan también a poder parar la cabecita y profundizar en el sueño. En definitiva, es habitual que esto se traduzca en una dificultad para conciliar el sueño, mantenerlo y disfrutar de un sueño reparador.
Algunas recomendaciones que os pueden resultar útiles son:
Almohada postural
Este tipo de almohada puede ser una opción fantástica durante el embarazo, puesto que hace que sea más fácil tener una postura más equilibrada durante el descanso y favorece que las molestias musculares típicas de estos meses se mitiguen.
Hay muchas maneras de usar las almohadas para embarazadas, te vamos a compartir tres opciones que pueden ayudarte a descansar mejor, relajar los músculos o mejorar de la circulación sanguínea:
- Puedes utilizarla como una almohada vertical, colocándola en paralelo a tu cuerpo para colocar una pierna y un brazo sobre ella. Te ayudará a aliviar la tensión de la zona lumbar y de las piernas.
- Para los meses más avanzados, puedes colocar el vientre sobre la almohada y verás que también favorece un alivio en todos los músculos.
- Si la utilizas para apoyar el cuello, prueba hasta encontrar un apoyo correcto de la cabeza para que puedas descansar también el cuello.
Fuera pantallas
Una o dos horas antes de ir a dormir (los tiempos van a depender de cada persona) evita el uso de pantallas. Dile adiós al teléfono móvil, la tablet, el ordenador y la televisión. Opta por leer un libro, relajarte en el sofá, tener una estupenda conversación con tu pareja… Pero evita las pantallas y, si puedes, ten una luz cálida y suave que permita ir entrando en una estado de tranquilidad.
Relajación o meditación
No hace falta estar muy nerviosa o excitada para acercarte a la relajación o la meditación. Antes de irte a la cama, o ya tumbada, puedes optar por hacer unos minutos de relajación o meditación guiada que te permitan ir desconectando de todas las cosas del día a día, de las hechas y de las pendientes.
Respirar profundamente es la clave para todo en esta vida. Respirar te ayuda a soltar las cosas, a centrarte en ti, a relajar el cuerpo y destensarlo, a que tu corazón vaya a un ritmo más tranquilo, a poder pensar mejor y estar más tranquila. Hay muchas técnicas que seguir pero respirando profundamente y centrándote en tu respiración, lo tienes hecho.
Actividades relajantes
A cada persona hay cosas diferentes que le relajan, tienes que conocerte y encontrar cuál es la tuya. Para algunas es darse un baño o una ducha bien calentita antes de dormir, para otras vale con tomarse una infusión o una bebida caliente, un masaje en los pies, etcétera. Es importante que incorpores en tu rutina y hábitos de sueño aspectos que te ayuden a favorecer la tranquilidad.